miércoles, 7 de octubre de 2015

SIMIENTE INCORRUPTIBLE



SIMIENTE INCORRUPTIBLE
Hemos sido regenerados no de simiente corruptible (no de algo físico) sino de simiente incorruptible, por la Palabra de Dios, la cual vive y permanece para siempre (1 P 1.23), además: debemos desear como un niño que acaba de nacer la Palabra de Dios, que es un alimento tan completo como la leche, ella nos permite crecer espiritualmente (1 P 2.2).
Esto es lo que leo en mi Biblia (mi único libro, un don de Dios). Soy una persona feliz. Conforme soy llenado por la Palabra de Dios todo se transforma a mi alrededor, ¿cómo he podido perder tanto el tiempo?... tiempo dedicado a otras cosas, placeres, actividades, pero no un tiempo en el que soy llenado por el Señor.
Y es que si es verdad eso de la Palabra es simiente, semilla, germen de vida, poder de Dios para hacernos crecer espiritualmente, si no estás lleno de ella estás muerto, eres como un inconverso, ajeno de la vida de Dios, por tu ignorancia, y por la dureza de tu corazón. Eso es lo que yo veo en la Iglesia de hoy, en esa ramera que tiene nombre de que vive pero está muerta (Rev 3.1). ¿Te sientes orgulloso de tu Dios?, ¿estás orgulloso de tu linaje espiritual, de tu nuevo nacimiento, de la Palabra de Dios?. Yo SI. Pero hay muchos que no. He escogido ser un pobre por el Reino, otros dicen que son ricos. Los veo ir a esos espectáculos, los veo quedarse quietos delante de sus televisores hora tras hora, absorbiendo la basura del mundo, bebiendo los orines y las aguas fecales de los pozos negros del infierno. Infectados y enfermos van a la Iglesia, maquillados, peinados, con sus joyas y sus coches relucientes. Son los cristianos de hoy en día.
El texto tiene dos partes:
1) Desechando, pues, toda malicia
2) desead como niños recién nacidos, la leche de la Palabra
Y estos son dos aspectos, el primero RECHAZAR  firmemente la filosofía del mundo, su TV, espectáculos y podredumbre espiritual llena de vanidad y sensualidad, el segundo ABSORBER la leche de la Palabra.
Pero no caigas en el error de que debes ir por partes, primero rechazar la basura del mundo, su propaganda, y luego darte de lleno a absorbes esa leche de la Palabra. Eso no es posible, no subestimes al mundo. Lo primero es lo último, así es en lo espiritual. Primero sumérgete en la Palabra. Esa es mi experiencia.
Tienes que pasarte estudiando la Biblia a cada rato. Eso es cristianismo. Me da vergüenza ver a los jóvenes de las Iglesias intoxicándose con las teleseries, el cine y los videos musicales, andan en tinieblas IGUAL que los incrédulos. NADA los diferencia de ellos. Una vez que gustes la Palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, cualquier otra cosa la vomitarás como al niño que le intenta hacer tragar algo repugnante.
Tienes que obsesionarte con la Biblia, tienes que llevarla siempre contigo como si fuera un chaleco antibalas contra el diablo, debes repasar sus páginas, debes comprarte varias Biblias para poder estudiarlas a la vez, debes pensar solo en ella. Los demás te tienen que llamar loco, decirte que estás obsesionado y desequilibrado. Fíjate porque lo mismo hace la gente del mundo y lo ven normal.
Desechar la maldad y desear la leche de la Palabra. Esto es el principio de un camino de múltiples bendiciones espirituales. Un camino de CRECIMIENTO espiritual, eso es lo que dice el segundo versículo que estamos tratando. Ella (la Biblia) nos permite crecer para salvación. Es una pena que esto no lo crea casi nadie. Como verás hay dos opciones:
1) Si no desechas la maldad, te la tragas, te envenenas, no creces y mueres espiritualmente. Estás débil, ciego e incapacitado espiritualmente.
2) Si andas alimentándote de la Palabra de Dios crecerás para salvación. Esto implica: fortaleza espiritual, discernimiento espiritual y poder espiritual.
Hay todavía mucho más que ver. Como sabes, peleamos una batalla espiritual de dimensiones considerables, el diablo es un enemigo muy peligroso, no puedes estar contra él si no estas fortalecido en Dios, porque va a ir a por tí, y te va a hacer pedazos. Te va a machacar. Es por eso que hay "cristianos" que caen en adulterios, en hurtos, en mentiras, o en desesperación, depresión y  pensamientos acusadores del diablo antes sus continuas caidas. Es sencillo: descuidaron la leche de la Palabra.
Yo me he marcado como mínimo tres tiempos al día para estudiar la Biblia, de una hora cada uno de ellos (eso como mínimo), además de leerla en cada momento que tengo. La escribo a mano, la recito, la medito, la analizo. Me he propuesto bosquejar toda la Biblia antes de tres meses, me he propuesto memorizar las porciones más importantes del Nuevo Testamento, me he propuesto leer toda la Biblia cada mes y medio en actitud de oración y de rodillas. Tengo metas, tengo deseos y Dios me ayuda porque mis metas son sagradas y santas.
LECHE Y VIANDA.
Hay dos aspectos que debemos considerar en lo relacionado con el estudio de la Palabra de Dios. "De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aun no erais capaces, ni sois capaces todavía..." ( 1 Co 3.1-2).
El texto dice en síntesis:
1) El carnal se encuentra en un estado de inmadurez espiritual y se haya necesitado de un alimento básico, líquido y muy asimilable como es la leche.
2) El espiritual es capaz de "digerir" alimento espiritual sólido, como es la vianda, su organismo es maduro y capaz de hacer una digestión y sacar nutrientes por el proceso de digestión.
El paralelismo es claro: El Espíritu Santo está tomando la digestión, para compararla con los asuntos espirituales. Hay una distinción básica que debemos hacer y esta es entre la:

LECHE Y LA VIANDA.

1) La leche.  ¿Qué es la leche?. Se trata de la enseñanza fundamental, de doctrinas básicas cristianas adecuadas para los niños en Cristo, los recién convertidos, o los creyentes inmaduros. Es un alimento que la madre prepara para que el bebé pueda recibir sin apenas digestión. Podemos decir entonces que la leche es un alimento procesado o digerido. Listo para comer.
2) La vianda. ¿Qué es la vianda?. Es la comida, la comida sólida que es preciso masticar, deglutir, tragar, digerir y absorber. Sólo un organismo maduro está capacitado para eso.
Un error común es pensar que solo la leche es la Palabra de Dios: NO. La leche es la Palabra de Dios digerida, ya preparada por el maestro para que los nuevos la asimilen. Pablo se compara con la nodriza (1 Ts 2.7) ya que él era evangelista y maestro a sus discípulos. Pablo tomaba la Palabra de Dios, la meditaba, y la preparaba de forma que pudiera ser fácilmente comprensible y asimilable por procesos mentales a los recién convertidos. La leche es la Palabra digerida, y la vianda es la Palabra de Dios en su estado original.Esto es básico.
La Biblia es un alimento espiritual muy completo, muy puro, muy concentrado, debe ser asimilado de forma constante para que llegue a ser parte de nosotros. Cuando un hombre come una manzana, una vez que la digestión ha sido hecha ¡la manzana pasa a formar parte de ese hombre!, en el aspecto espiritual la Palabra pasa a ser parte de nosotros, Cristo (que es la Palabra encarnada Jn 1.1; 1 Jn 1.1) pasa a ser parte de nosotros. El cuadro queda así:

La Palabra--- entendida y asimilada mentalmente (comprensión) ----- recibida en el espíritu (meditación en oración).

La Palabra. Es el alimento, la vianda.
La mente. Es la boca, que mastica y deglute, convirtiendo la información en trozos pequeños asimilables y ablandados por los razonamientos. Aquí los dientes y la saliva se corresponden con los procesos mentales.
El espíritu. En minúscula, se trata de nuestro espíritu mediante el cual percibimos a Dios, se corresponde con el estómago y las entrañas (intestinos), mediante la meditación y la oración colaboramos con el Espíritu Santo de Dios para recibir la Palabra en nuestro ser, estos se corresponden con los jugos gástricos y ácidos que nuestro cuerpo segrega para transformar en alimento aquello que hemos ingerido.

Esta idea se repite en otras partes de la Biblia: "Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el usa tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (Heb 5.13,14).
Se vuelven a repetir los temas:
1) El que participa de la leche es un inexperto, un inmaduro, un niño.
2) El alimento sólido es para los que han alcanzado la madurez.
3) Los que han alcanzado la madurez son los que tienen los sentidos ejercitados en discernir el bien del mal (aquí se refiere a procesos mentales ligados a lo espiritual).
Y aparece un nuevo tema:
4) Hay que EJERCITARSE para ser maduro y plenamente capaz de digerir la vianda.

EJERCITÁNDONOS. Tenemos que sacar conclusiones prácticas. La Biblia se identifica claramente con alimento. La Palabra de Dios ES alimento. Y es un alimento que precisa ser digerido, PARA DIGERIRLO HAY QUE ADQUIRIR DESTREZA, ESFORZARNOS Y PRACTICAR.
El problema que veo es que el estado de Laodicea es de infantilismo espiritual, y esto es monstruoso, no solo reciben leche, y son por la tanto incapaces de digerir, sino que están recibiendo otras cosas que no son ni leche ni vianda, están recibiendo veneno el mundo. Son como bebes deformes afectados por la talitomida. Mutilados, enfermos, tullidos, ciegos. Han desarollado un apetito anormal y antinatural por las cosas del mundo, son como un bebe vicioso que ha despertado un apetito por el Whisky, la ginebra y los cigarrillos, le gusta envenenarse e intoxicarse.
Pero, ¿donde se encuentra el verdadero y puro alimento espiritual?, en la Palabra de Dios, ¿y que hacen con ella?, dejarla en los estantes. El peligro se encuentra en la forma descarada en la que el mundo te bombardea con su veneno.
Hay que tomar medidas drásticas en tiempos de guerra y en asuntos relacionados con nuestra supervivencia. Necesitamos vigoroso ejercicio, una alimentación sana y muy abundante. Yo te voy a decir lo que funciona para mí, y estoy firmemente convencido que es la manera en que funciona:
Primero, hay que leer de forma continua la Escritura, adquirir un conocimiento completo. Esta es la forma de tener siempre en mente la Palabra de Dios (Col 3.16; Fil 2.16). El día te presenta muchos espacios que se desaprovechan, esperas innecesarias, el transporte, o incluso el tiempo perdido en pasatiempos inútiles. Hazte la idea que ahora atu "pasatiempo" es la Biblia, y pídele al Señor un deseo irrefrenable de alimentarte de ella.
Segundo, hay que meditar en la Palabra. Recuerda la historia de Isaac, que había salido al campo para meditar. Para algunos esto puede resultar sencillo, pero a otros les resultará poco menos que imposible controlar su mente agitándose de un pensamiento a otro. La forma que a mí me resulta útil es comprarme un cuaderno y un bolígrafo y empezar a estudiar en la Biblia por escrito, sólo así consigo extraer la máxima concentración de mis pensamientos.
Hay que tomarse tiempo, puedes hacer estudios de libros completos de la Biblia, los analizas, los comentas, los relacionas con otras partes de la Biblia, escribes qué es lo que el Señor te está hablando, cual es la aplicación práctica, qué versículos conviene memorizar, cuales textos completos, cual es el resumen del texto, cuales son los puntos principales de forma esquemática.

Como hoy en día la batalla se produce en la mente, así podemos vencer al diablo. Además, conviene leer de forma continua la Biblia en oración, y con esto quiero decir orar sobre el texto, esto solo se aprende por la práctica continuada bajo la enseñanza del Espíritu Santo

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